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Frases (39)

sábado, 14 de septiembre de 2013

SENTIMIENTOS DISPERSOS

Una mujer de cabello andrajoso, de pecas hechas por el mugre y uñas carcomidas, está sentada frente a una cafetería, viendo como dos personas discuten sobre el destino de las finanzas de un hogar en ruinas. Pensativa se lleva nuevamente su dedo índice a la boca, buscando con desesperación terminar de morder la única uña que falta por demoler con sus dientes torcidos y amarillos.

Lo hace, lentamente mastica la última comida del día, o la semana… todo depende de la “caridad” de la gente; se posa por horas frente a las cafeterías y sin suscitar una sola palabra, busca en los ojos de las personas, el amor, la dulzura y la compasión. Sin embargo, desde hace un tiempo sólo viene reconociendo algo en común.

¿Qué es? ¿Temor? Sí, todos lo sentimos, es innato en el ser humano ese sentimiento. Tememos a lo que desconocemos o a aquello que por el contrario creemos conocer muy bien.
Somos confiados, obstinados y ególatras, sumisos, perezosos y orgullosos. A veces odiamos el amor, pero en el fondo queremos ser amados. El amor, como la muerte es una especie de tabú. Algo lleno de magia y misterio, un mundo complejo pero atrayente. Es ese polo a Tierra o a Marte que queremos conocer.  


De repente alguien le toca el hombro, es un joven, muy apuesto de hecho, la mira con recelo pero decidido, en una mano lleva un pan y en la otra un café, estira ambas manos, ella sonríe, agacha la cabeza y con un gesto da las gracias. Muerde el pan, lo saborea, cierra los ojos, se deleita, minutos después vuelve al mundo real. Busca en el bolsillo de su pantalón roto, esa bolsita llena de sacol que evita el hambre y la lleva a un trance  donde olvida por completo que está nuevamente esperando que alguien se apiade de ella para volver a comer.

viernes, 13 de septiembre de 2013

jueves, 5 de septiembre de 2013

Otra vez... La noche

Las noches son propicias, por lo menos para mí, para escribir... Hoy eres tu quien leerá este escrito. Sobrio y sin larga extensión, pocos adjetivos y ningún nombre. Inicia la noche con una tormenta propicia para beber un chocolate, un vino, una cerveza o un 'guaro'. El tiempo ha pasado junto con los recuerdos, sin embargo las cicatrices rememoran aquellos tormentos por los que pasaste, otros que quizá superaste o peor aún esos que aún bailan en tu psiquis.


Duerme conmigo o no, mejor aún, duerme contigo, es mejor sentir una presencia conocida a una extraña quitándote el respiro. Puedo ser una excelente compañía si quieres hablar basura o trasnocharte hablando en tercera persona. Como siempre será mejor hablar en términos de “ella” que de “yo”. Los defectos fluyen con más facilidad si hablas de otro, es raro pero cierto. Pero bueno, no tenemos por qué hacer lo que otros hacen; aprópiate de tus errores y conviértelos en virtudes no hablo de que legitimes tus acciones sino que trates de transformarlas.