Enciende el tercer
cigarrillo de la noche mientras se dispone a escuchar Moanin', ese álbum que
tenía guardado para momentos especiales. El señor Art Blakey sería su
acompañante, destrozando con cada tonada las lágrimas que corrían por su
rostro. Los recuerdos, el presente y el futuro… todos los tiempos compensados
en una canción de 10 minutos.
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