El dinero se recupera, el
tiempo no. Minutos y horas de hablar mierda, pintar mundos de colores, promesas
a rebosar, cantares y destellos, futuros perplejos. Los matices de mi noche los
compartí en vano con tu presencia, la basura en pasta conocí, pero todos son
experiencias. Caminos inciertos que recorrí, sabía mi fatídico destino y aun
así me arriesgué; torpe e ilusa como siempre.
Aprender de eso ¡bah! De eso
ya no se aprende, loro viejo no aprende a hablar, quizá no soy apta para amar y
tampoco me interesa hacer una especialización en el tema, no quiero derrochar
mi juventud en los colchones, ni quiero quedarme en un rincón relegada
de sentir. No me niego a los placeres pero por eso los pago con creces.
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