Desenrédame los nudos que tengo en los labios, hazlo
lento, no hay afán. Cruza tus manos por detrás de mi espalda como si me fueras
a abrazar pero no lo hagas. Inhala fuertemente junto a mi oído y expulsa tu
aliento en mi cuello. Con la otra mano toca mi cara, pasa tus dedos por mis
labios y baja lentamente hasta llegar a mis senos.
No es tiempo de hablar, ya te di algunas indicaciones,
sigue tu instinto, deja de razonar todo, algunas cosas pasan porque eran
inevitables, ambos sabíamos que esto sería así. Respira con tranquilidad…
No hay nadie más a nuestro alrededor, quítate la camisa,
hazlo sin pena. Ok, déjame desabotonártela, no te sonrojes, si quieres me
detengo y parto a mi ciudad de vez… ¡jajaja! Eso pensé. No temas. ¿Puedo poner
un poco de música? Sirve para relajar, despistar a los vecinos y me da la
libertad de gemir fuertemente.
"Puedo poner un poco de música? Sirve para relajar, despistar a los vecinos y me da la libertad de gemir fuertemente." Excelente esa, de parte de un hombre que siempre aplica esa para los mismos fines.
ResponderEliminar