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Frases (39)

domingo, 23 de marzo de 2014

Caída libre

Recostada en la cama, en la habitación de un hotel cualquiera se encuentra ella.  Anonada tras la noticia que le dieron, sintió como si le hubiesen oprimido la tráquea, no emitió sonido alguno, pávida y temerosa cerró los ojos, respiró hondo, notaba como se aceleraba el ritmo cardiaco, no le prestó mucha atención, trataba de parecer serena; de hecho él lo creyó. Su rostro no reflejaba más que una torpe sonrisa de derrota disfrazada con algo de calma.

¡Ay! Ella como admiraba su propia coraza, capaz de confundir a  aquel que no la supiera leer, enloquecer y desorbitar a quienes esperaban reacciones premeditadas. Su barrera apartaba selectamente a los sujetos que la rodeaban, sabía qué ficha mover para que su plan de elocuencia y serenidad siguiera en pie, unas veces trastabillaba por aquel nudo que se aferra a la garganta, ese que no permite hablar y tampoco llorar, ese mismo que… después de unas horas aún le estorba.

-¡Calma!- Se decía a sí misma,  -cuida la armadura, que nadie vea que se puede oxidar por las lágrimas que en las noches derramas viendo las estrellas- mentalmente recitaba esta frase hasta que su cuerpo comunicara nuevamente tranquilidad o hasta llegar a disimular miradas y ademanes que hubieran podido disipar la falsa paz que debía emanar.


-La besé- escuchó, sus dudas se habían aclarado, esas mismas que ayudaron a que la noticia no fuera tan drástica, ésas en las que noches y días anteriores habían rondado por su cabeza, ésas que habían armado un colchón de ilusiones muertas y que habían amortiguado la caída libre de una tonta enamorada de la nada.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Luna IV

Esa estrella está tan enamorada de la Luna que cuando ella está llena, la estrella se aparta para que la Luna sea la única protagonista de la noche.

domingo, 9 de marzo de 2014

Averno

Vamos a dar un paseo por el averno o quizá por aquel lugar donde mueren los recuerdos, donde el pasado se pudre y el presente se extingue. Caminemos deprisa para ver como caen los sueños que construimos en la misma almohada, huyamos de ese resplandor imaginario que un día creamos bajo la luna, finjamos que todo está bien, sonriámonos como si nada pasara… ignoremos las palpitaciones de un corazón decrépito, lloremos mientras ellos ríen y brindemos con las lágrimas que retenemos.


Bebamos los besos extintos, las caricias marchitas y los ’te quiero’ ficticios, matemos el tiempo como él nos mata cada segundo, gritémosle a Cronos que se detenga, olvidemos los ecos, las palabras de aliento, las frases sensatas después del coito. Inyectémonos el miedo que se ve en nuestros ojos, fumémonos el viento, regurgitemos y volvamos a tragar entero este amor lejano que se esfuma. Sentemos a divisar los chamizos que nunca gozaron de una primavera, disfrutemos sin disfrutar la pasión inocente que se recrea tras una mirada y recordemos que nuestra memoria será olvidada. Borremos de lleno lo que nos unió y sobre todo arranquémonos de nuestros labios los exóticos sabores, esos que sólo nosotros sabíamos deleitar, esas pequeñas dosis de veneno que hoy nos traen a este lugar.