Vamos a dar un paseo por el averno o quizá por aquel
lugar donde mueren los recuerdos, donde el pasado se pudre y el presente se
extingue. Caminemos deprisa para ver como caen los sueños que construimos en la
misma almohada, huyamos de ese resplandor imaginario que un día creamos bajo la
luna, finjamos que todo está bien, sonriámonos como si nada pasara… ignoremos
las palpitaciones de un corazón decrépito, lloremos mientras ellos ríen y
brindemos con las lágrimas que retenemos.
Bebamos los besos extintos, las caricias marchitas y los ’te
quiero’ ficticios, matemos el tiempo como él nos mata cada segundo, gritémosle
a Cronos que se detenga, olvidemos los ecos, las palabras de aliento, las frases
sensatas después del coito. Inyectémonos el miedo que se ve en nuestros ojos,
fumémonos el viento, regurgitemos y volvamos a tragar entero este amor lejano
que se esfuma. Sentemos a divisar los chamizos que nunca gozaron de una
primavera, disfrutemos sin disfrutar la pasión inocente que se recrea tras una
mirada y recordemos que nuestra memoria será olvidada. Borremos de lleno lo que
nos unió y sobre todo arranquémonos de nuestros labios los exóticos sabores,
esos que sólo nosotros sabíamos deleitar, esas pequeñas dosis de veneno que hoy
nos traen a este lugar.
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