Es hora de que los demonios salgan a arrastrar sus penas,
sus furias, sus zozobras, sus alegrías… es tiempo de que esta mente inquieta tome
otras, se adueñe de los lectores…
Este es el turno de reorganizar el tiempo, de dedicarle
horas a lo que a algunos le toman segundos, es momento de mirar el cielo, el
suelo, el cuerpo… Es hora de contar milimétricamente los lunares, los cabellos;
es tiempo de sentir los huesos, los poros, las pestañas, el viento… Contar
números, risas, historias; brindar por lo que pasó, por lo que está y por lo
que pasará; beber lentamente un sorbo de agua, de vino, de saliva, de fluidos…
saciar la sed del amor, del odio, de la rabia, de la belleza y las ganas…
Superar, saltar, recordar, vibrar, sentir… Descansar, pensar,
experimentar, buscar, encontrar… Besar, tocar, oler, sentir, oír… F l u i r.
Los verbos en infinitivo suenan mejor, riman y excitan pero también fallecen, se
entierran y se olvidan…
Es tiempo de darle tiempo al tiempo, se dice tantas veces
tiempo que el mismo tiempo se pierde, su
tiempo expira o salta de tiempo, el tiempo se vuelve añicos, el tiempo sana,
pero el tiempo también olvida que el tiempo recuerda…
me encanto, sobre todo la parte que dice " el tiempo sana, pero tiempo tambien olvida que el tiempo recuerda... " excelente.
ResponderEliminargenial me encanta como escribes tu inspiras con tu forma de comunicar tus emociones.
ResponderEliminarInteresante, sigue publicando
ResponderEliminar