A veces es mejor guardar silencio, o bueno, quedarse con espinas que hagan el papel de represas para así no desangrarse... Es mejor brindar con sorbos de lágrimas añejas, expulsarlas con excusas baratas para que no se estanquen, eliminen golpes de suerte y creen golpes de vida.
Es mejor conservar historias, pero ignorar los sentimientos, tienden a resultar siendo un shot para la cabeza y un guayabo para el corazón. Late fuerte ese músculo esperanzado en controlarse... No se sale pero quiere, no se tranquiliza pero debe, teme enamorarse pero pierde. Él y su absurdo coeficiente intelectual, él y sus ganas de amar.
¿Acaso no le bastan las cicatrices que ya porta? ¿Acaso es masoquista e indoloro? ¿Qué te pasa corazón, que resistes a la decepción y sigues al pie del cañón sin ningún miedo ni temor? ¿Qué carajos te sucede músculo invencible, que aunque te abofeteen, te insulten y maldigan sigues postrándote y bailando cuando escuchas tal canción?
Continúa el ritmo bastardo maricón, que así la vida te resulta más tranquila, llevadera pero no te quita el mal sabor...
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