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Frases (39)

lunes, 19 de marzo de 2012


“He vuelto a veros en escenarios, 
en vuestras radios, en vuestros barrios, 
qué pasa ahí fuera con esos niños con 
miradas de adultos sin ilusión y sin sueños. 
Hechos diarios en tu barrio y en el mío, 
como quieres resolver el odio con más odio, tío. 
Cómo pretendes que te tome en serio alguien, 
actuando con violencia sólo para que te miren, 
importándote una mierda que los demás se lastimen, 
si tus colegas lo piden, 
ellos te aplauden y ríen.”

Nach.



San José del Pinar, donde predomina la ley del monte: Callar

En el municipio de Bello, Antioquia, se encuentra San José del Pinar, epicentro de invasiones, tanto de desplazados como de destechados de todo el país. Hombres, mujeres y niños que la vida les dio una, dos y hasta tres oportunidades.

Hablo desde la ignorancia (por no conocer el sector) y como ella es atrevida me arriesgo a comparar la situación de El Pinar con los ranchos que se ven desde el Metrocable de San Javier. Plástico, botellas, madera y cemento son algunos de los principales elementos no para hacer un ranchito, sino para construir su hogar; el lugar donde hoy viven familias grandes.

San José del Pinar es un barrio en zona de invasión, debido a que están en una reserva forestal del Parque Arví. Este lugar consta con alrededor de siete mil personas, y de las cuales en el libro “Tierra de desterrados. San José del Pinar: Historias de desplazamientos y otras violencias” escrito por Reinaldo Spitaletta y Mary Correa Jaramillo tratan el testimonio de once personas, entre ellas sólo dos hombres.
 
Esto da cuenta que los hombres tienden a ser más discretos; de hecho mientras leía el libro me di cuenta que no se habló de ninguna mujer asesinada, por eso debe ser que los hombres son más reservados, y hablan minuciosamente, calculando sus palabras y procurando que nadie los esté escuchando. Desde luego, hubo mujeres “boletiadas” pero en ninguna cifra citaron a una; ellas dentro del libro hablan sobre detalles, ubicaciones espaciales, problemáticas con los niños y jóvenes del barrio, entre otros.

San José del Pinar ha sido blanco del conflicto armado de Colombia, por el hecho de ser un territorio estratégico para paso de armas y estupefacientes. Un sector peleado por las Farc, el Eln, los paramilitares y la AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) hacen que el conflicto sea común en su diario vivir, sin decir que estén acostumbrados, simplemente ellos eligieron o les tocó vivir allí, por sus condiciones de vida o por los cambios abismales que en ellas se generaron.
El Pinar, un sector por iniciación de las Farc, la repartición de lotes los hicieron ellos, al igual que la creación de la Iglesia. Una de las percepciones que tuve dentro del texto fue que los habitantes del sector hacían ver a la guerrilla como sus salvadores, mientras que la visión que tenían de los paramilitares eran todas semejantes. Aquellos hombres de sangre fría que mataban porque sí y porque no, que entraban a las casas sin motivo, que se llevaban los animales (en las casas que habían).

Dentro de los testimonios se presencia claramente sus prácticas diarias, costumbres, comidas, dinámicas, educación, etc.

Sopas de banano, arroz, huesos de res, lentejas. La cultura paisa se caracteriza por comer mucho grano, cosa que para algunos del resto del país puede chocar con las costumbres de su tierra natal, por ejemplo, Vicky de San Marcos, Sucre, estaba enseñada a comer pescado, yuca, entre otros… mientras que acá los granos son los que más llenan y por el factor económico lo que más se emplea en los mercados.

Dentro del texto, también se percibe cómo se afronta la educación tanto en los adultos como en los jóvenes y niños, el esmero de unos por seguir estudiando y salir adelante. Y el desarraigo de otros por la escuela, los talleres de confección, panadería… la añoranza de dinero y de ayudar en cada casa hace que los muchachos les de “pereza” ir a estudiar y prefieren rebuscar qué hacer y llevar un sustento a la familia. Un granito de arena, unos huevos, unas papas o un adobe.

 El miedo dentro de los habitantes de San José de Pinar es evidente no solo por ellos sino por sus niños, los peligros que corren y las proposiciones de trabajo que les hacen, al ser niños nadie sospecha de ellos, lo que los hace buenos para mensajeros, campaneros y hasta vendedores.

Debido a esto se creó la Ludoteca Alicia Flórez de Mejía con el fin de propiciar un espacio para el desarrollo físico y mental con las oportunidades de aprender, jugar, comer y pasar un rato agradable. Y así, combatir una práctica al parecer recurrente en las niñas y que hicieran respetar su cuerpo; que lo vieran como un templo donde ellas decidían quién podía o no tocarlo.

“Tierra de desterrados” tiene gran variedad de fuentes, tanto primarias como secundarias, utilización de varias fuentes bibliográficas para dar contexto y ahondar más en la situación del sector. Claves, las oficiales como coordinadores, directores, presidentes, funcionarios, entre otros.

Habitantes del sector, testimoniales once, además los que se incluyen dentro del texto como el joven Jesús Emilio Fernández, uno de los ejemplos de superación y admiración, por las ansias que tiene de estudiar.

También, se evidencian protocolos clandestinos, aquellos que no están escritos pero dentro del contexto del lugar parecen ser oficiales. Casi todas las mujeres que hablaron tenían hijos y al momento de la entrevista los acariciaban, en la mayoría de las casas, las habitaciones, la cocina y la sala no eran bien definidas.

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