Mientras
casi toda Medellín estaba conmocionada por la finalización de la Feria de las
Flores. En el municipio de Girardota se vivía otro ambiente. La celebración del
segundo festival B.boy Bambaataa.

A
veces tiende a parecer una división de estratos y raro no sería. La búsqueda de
otros espacios para las personas que no puede asistir a la Feria está creciendo
con más fuerza. Realización de más eventos paralelos, aproximación de otras
culturas… pero ¿con qué fin? Con el fin de mostrarse, de buscar un reconocimiento,
de abolir tabúes, de alimentar al pueblo socioculturalmente.
¿Por
qué se da esta separación tan notoria? Seguramente, la respuesta va más allá de
lo obvio. Hay unas cadenas imaginarias fuertemente ligadas al Hip Hop sobretodo
la relación que las personas hacen sobre ellos.
Si
rayan las paredes son delincuentes, si cantan lo que el pueblo no quiere
escuchar son atrevidos, si bailan en la calle son bandidos…
La Feria
seguirá siendo ese imaginario paisa que cree remontarse a saber de dónde vienen
y quiénes son, sin embargo, los niños poco se interesan por saber su pasado. Les
parece gracioso y hasta de mal gusto “los disfraces” de campesinos, los
tumultos en las festividades y la inseguridad.
Mientras
tanto, las otras culturas se van expandiendo por aquellos que están dispuestos
a aceptarlas y apoyarlas. Esas comunidades que tienen pocas opciones y
aprovechan las expresiones culturales de manera gratuita.
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