Desde
el 15 de mayo de este año, el temor se tomó a los habitantes de Bogotá tras el
atentado que sufrió el exministro Fernando Londoño, al ser víctima de una bomba
puesta estratégicamente en su auto. Este hecho terrorista ocurrido en el norte
de Bogotá dejó dos muertos, sus escoltas, y más de 30 heridos.
Después
de casi cuatro meses la Dijín y los integrantes de la Unidad Nacional Contra el
Terrorismo lograron esclarecer el caso capturando a cinco personas que
presuntamente están involucradas en el atentado.
Seguí
la noticia durante el día y la han transformado a medida que se van descubriendo
más aspectos que antes ignoraban, por ejemplo que el actor material del hecho
(el que puso la bomba, tipo lapa) es un menor de edad, de 16 años.
La
bomba con este nombre no es accesible a algunas personas, debido a que ignoran
el tipo de bomba que es. Se trata de un explosivo que se adhiere a cualquier
tipo de superficie, normalmente automóviles, gracias a un imán o adhesivo para
luego ser activado por algún tipo de mecanismo.
Además,
el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón revela que con la información que
proporcionó el menor capturado se lograron hacer las otras detenciones. Quizá
esto traiga más consecuencias en la penitenciaría al joven, “por soplón” y
disminución de pena, por colaborar con las autoridades.
Esta
noticia ha conmocionado al país y de hecho ha generado una crítica en contra de
los procesos y el vencimiento de términos, puesto que después de casi cuatro
meses apenas se están revelando los presuntos autores materiales y se
desconocen de los intelectuales.
Los
colombianos nos preguntamos ¿Si ese es el tiempo que se toman para un
exministro, cuánto tiempo debe pasar para esclarecer un hecho a un ciudadano de
a pie?
No hay comentarios:
Publicar un comentario