MI UTOPÍA

Claramente he subido y he bajado en ese carrito de la vida, pequeño y pujante, no es de gasolina y no contamina, tiene mil colores que inventé y nombré. El viento es ligero y se siente en el cabello, en el cuello y en el pecho. Las nubes se tocan, y sí, son de algodón, el sol no me lastima, no me quema ni me estorba, es simplemente la luz necesaria en el día.

Después viene la noche, con estrellas que juegan a ser constelaciones según mi estado de ánimo, y ese lunar que siempre ha tenido la luna junto a su sonrisa, esa estrella que es el símbolo de mi hermana y yo, y supongo que de mil enamorados que se prometen esa misma estrella porque es la más fácil de localizar a pesar de que en el cielo sea difícil plasmar las demás.

Si quieres y no te molesta mi presencia súbete, el espacio no es muy amplio y no prometo un excelente mirador, simplemente prefiero no prometer nada para así no desilusionar. Es mejor no dejar nada a la expectativa para que tengas diferentes impresiones; y no pintar los mundos que a veces se ven mejor en blanco y negro. ¿Nunca te ha pasado que haces un dibujo en lápiz y queda fenomenal pero un día decides echarle color y queda una mierda?

Deja que todo fluya, no desperdicies oportunidades, no sonrías por aparentar ni llores por lucirte, no grites para llamar la atención, no comas por gula, no hagas el amor si no lo sientes y no tengas sexo por salir de tu “calor”, no dejes de comer porque estás gordx ni te autodestruyas por seguir un prototipo. Simplemente sé tu mismo y límpiate lo que quieras con lo que piensan los demás.