¿Y si te digo que quiero leer tu cuerpo en braille, morder un pedazo de la luna y sentir cómo plácidamente invade el vacío que siento cuando se esconde?
Este blog inició con un propósito: entretener. Aquí podrá encontrar frases, mini historias, diálogos y aventuras literarias. Bienvenidos a una cabeza inquieta.
miércoles, 24 de abril de 2013
sábado, 20 de abril de 2013
SUEÑO
Noche, estrellas, luz, frío, él...
Ella bebió pequeños sorbos de aquel licor frío, apto para una noche de desviaciones mentales. Ay pobre mujer se enamoró. ¿Cómo saberlo? Ella se sonroja, sonríe y destella sentimientos escondidos, su cambio lo nota hasta aquel ave que día tras días se posaba en su ventana intentando que con su canto ella sintiera el cosquilleo que él intentaba transmitir, sin conseguirlo alzaba su vuelo.
Ahora es él quien la ve a ella y busca que el hormigueo que traspasa las barreras más gruesas entre en su pequeño corazón, así lo llene tanto que duela.
Pérdida
...Y ella se decía a sí
misma: no puedes perderte en su mirada.
El problema es que lo pensó demasiado tarde, ya había soltado la soga de regreso.
El problema es que lo pensó demasiado tarde, ya había soltado la soga de regreso.
jueves, 18 de abril de 2013
LA ESPERA
Frío, agua, noche, suspiros,
sonrisas, abrazos y paz…
Iluminarás aunque sea de
noche y la espesa niebla cubra tu figura. Amigos, amantes o novios juegan a
besarse lento y disfrutar del momento, juegan con fuego y no le temen, abren
los ojos y no ven, escriben y no entienden, aman sin saber.
Mientras ella pensaba en él
y con el aliento empañaba la ventana frente a la cual lo esperaba somnolienta,
él tomaba algo para el frío o para el calor o simplemente bebía algo. Ella miraba
el reloj, sufría en silencio la espera. Pasó un gato, pequeño y humedecido por
la lluvia se paró frente a aquel rectángulo que se suponía era la ventana, la
observó con tal detenimiento que casi se humanizó, ese animal se enamoró y ella
de él. Lo dejó entrar, lo secó y alimentó, después de un tiempo se esfumó, se
fue para no volver… ella extrañada, volvió a la ventana.
El viento susurró en su
oreja, sintió un escalofrío y corrió al sofá, se acostó, llenó su copa de un
vino color sangre toro, bebió un sorbo, lo saboreó lento, miró el color y las
pequeñas burbujas que se formaron tras haber bajado con brusquedad la copa. Sonrió,
fue feliz y durmió esperando al hombre que nunca llegó.
miércoles, 17 de abril de 2013
ÓBITO
Silba
el viento y aúlla su soledad… uno, dos, tres campanazos da aquel reloj de la
vida. Cuatro, cinco y seis los pisos de su edificio han sido desalojados y
sólo queda ella. Teme irse, teme volver
a fumar, teme tantas cosas que ya ni vive.
Esa
mujer apática y caprichosa está sintiendo cosas que los otros no perciben.
Irónicamente la soledad nunca está sola, ella lo sabe y lo disfruta. Abandona
cuerpos para poseer otros, ataca a quien más frágil se encuentra, sonríe
oscuramente en las tinieblas de la mente y por supuesto grita impotente cuando
otro ser ocupa su puesto.
Siete,
ocho, nueve imágenes tiene en su mente, su niñez reducida a pequeños flash back
que ni si quiera son claros, medio borrosos y velados buscan un rostro…
tergiversado y somnoliento, opacado por el tiempo y corrugado por el sol… un
momento, la cara que busca se refleja en un espejo roto y sí… es el que busca,
ella está buscando su propio rostro.
Ya
no se conoce ni se afana por hacerlo, ha dejado que su cuerpo lo consuma Chronos
y él se empecinó en hacerlo casi fulminante, disminuyó su belleza física,
absorbió la energía que nunca demostró pero que poseía.
Es
así como ella, deseó y casi suplicó que la apoderara Tánatos, él vehemente la
tuvo en sus brazos y la soltó estrepitosamente haciendo que despertara de esa
pesadilla anhelada, ahora sólo le queda contar… diez, once y doce... su tiempo se
acabó, por fin el cuchillo fue apretado con tal fuerza que el piso tomó los
sorbos necesarios para agotar una vida.
jueves, 11 de abril de 2013
HOLA
Azul, ojo, tierra, sol, viento, aliento, llaves, perro, árbol...HOLA
Ella quedó perpleja, atónita... luego de varias secuencias él la saludó. Su corazón se aceleró y no sabía cómo interpretarlo...
emmm Hola, respondió...
Muy tarde, él ya se había ido. Sabía que se volverían a encontrar si corría por la esquina, cruzaba los locales informales de los artesanos y tomaba el atajo que era cómplice de los seguimientos visuales que le realizaba a ese chico.
Se subió el cierre del buzo y corrió muy rápido, grandes zancadas la pusieron de frente a él...
Hola, le dijo entre tímida y emocionada, jadeante y sudorosa... Él la miró con recelo y le dijo:
- Creo seriamente que me haz confundido con alguien más.
A ella se le colorearon los cachetes y se rascó delicadamente la cabeza.
-Entonces... hola, no importa si te conozco o no, el saludo se ha perdido entre las personas que no se conocen. Es un simple acto de cordialidad.
Carro, humo, reloj, manzana, semáforo, callejón, ella se esfumó.
ADIÓS
Y ella suspirando le dijo:
-No es que no seas mi tipo de hombre, de hecho no tengo prototipo alguno, soy fría cuando expreso lo que siento a pesar de que siempre tenga una sonrisa en la cara. No me gustas, no te amo... Todo lo fingí, es mejor que te marches, límpiate las gotas saladas que brotan de tus ojos y por favor cuando te vayas no voltees.
Él, empuñando las manos caminó hacia la oscuridad del callejón envuelto en ira
Ella mientras tanto se lamentaba porque ahuyentó al amor de su vida por físico miedo.
-No es que no seas mi tipo de hombre, de hecho no tengo prototipo alguno, soy fría cuando expreso lo que siento a pesar de que siempre tenga una sonrisa en la cara. No me gustas, no te amo... Todo lo fingí, es mejor que te marches, límpiate las gotas saladas que brotan de tus ojos y por favor cuando te vayas no voltees.
Él, empuñando las manos caminó hacia la oscuridad del callejón envuelto en ira
Ella mientras tanto se lamentaba porque ahuyentó al amor de su vida por físico miedo.
martes, 9 de abril de 2013
PALABRAS A UN CIELO
Llámame loca, desquiciada y hasta demente pero nunca me
digas ordinaria.
Háblame de sonrisas, de penas, de llantos, de caídas y
destrezas.
Sóplame los labios, como los besos que intrépidamente da el
viento sin querer.
Tócame suave y tiernamente la cara.
Acaríciame como lo hace el sol por las mañanas.
Bésame estrepitosamente pero con sigilo.
Escríbeme sin palabras.
Escúchame y dialógame sin modular.
Olvídame como un mal recuerdo.
Siénteme como una flecha que te traspasa pero no te lastima.
Quiéreme como a mil mortales lo has hecho.
Pero ódiame como solo conmigo lo harías.
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