Cierro los ojos para buscar la paz que me hace falta pero es escurridiza, se esconde detrás de recuerdos que creía olvidados, ahora entiendo que no se olvidan, sólo cambian de lugar, se priorizan, se minimizan, se expanden, dependiendo del momento que se está viviendo.
Busco en mi interior rastros de un pasado consumido por el cigarrillo y el licor, trato de nadar en aquellas lagunas mentales en las que se consumen recuerdos bellos de la infancia, o ¿Acaso es la falta de dopamina que segrega mi cerebro la que no me permite encontrar las raíces del vacío existencial que me sofoca?
Quiero que las frases rimen, que las ideas se conecten pero la sustentación de las mismas no están presentes en esta realidad, no son tangibles, no son creíbles. ¿Será que finalmente los demonios colonizaron la totalidad de mi cordura y ahora todo por lo que me apasionaba lo siento como una amenaza? ¿Será que esta es una carta de despedida?
Instantes, nimiedades, peripecias, hazañas, aventuras y revelaciones se ven opacadas por un dolor inexplicable… No es un dolor físico, es extraño sentirlo, es indescriptible, sinceramente, es como describir el sonido a un sordo o intentar explicarle a un mudo cómo se pronuncian las palabras… ¡Vacíos, abismos, fosas, oscuridad!… ¿Es hora de conquistar los miedos? Pero ¿Y si ellos sólo están en mi mente cómo los puedo enfrentar? ¿Cómo ganarle a un enemigo que ya sabe todos tus movimientos? ¿Cómo derrotar a quien conoce tu modus operandi? ¿Cómo engañar a la propia mente?
Instantes, nimiedades, peripecias, hazañas, aventuras y revelaciones se ven opacadas por un dolor inexplicable… No es un dolor físico, es extraño sentirlo, es indescriptible, sinceramente, es como describir el sonido a un sordo o intentar explicarle a un mudo cómo se pronuncian las palabras… ¡Vacíos, abismos, fosas, oscuridad!… ¿Es hora de conquistar los miedos? Pero ¿Y si ellos sólo están en mi mente cómo los puedo enfrentar? ¿Cómo ganarle a un enemigo que ya sabe todos tus movimientos? ¿Cómo derrotar a quien conoce tu modus operandi? ¿Cómo engañar a la propia mente?
El positivismo lo mando al carajo, el negativismo también… Estoy en un plano con perspectiva cenital, en el que sólo me veo a mí, no hay una sombra que me acompañe, las acusaciones y juzgamientos delatan mi localización, siempre entierran sus dedos en las yagas más abiertas, en aquellas que ‘están cosidas con puntos suspensivos’… En aquellas que no se borran fácilmente porque la cicatrización es lenta… ¿Qué hacer, hacia dónde dirigirse, cómo ocultarse de la conciencia? Estoy en una encrucijada con mi propio yo, el camino se bifurcó y quedé en el medio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario