Siento nuevamente que las
manos escriben solas, no sé si las palabras se conectan, sólo sé que mi cabeza
vomita todo lo que tiene que escupir, noches y noches de pensamientos melancólicos, de
callejones sin salida, de muros indestructibles. Cimas cada vez más altas,
sueños lejanos y metas aplazadas. ¿Qué pasa que ya no avanzas? ¿Sucumbiste en
lo mismo y nuevamente te perdiste?
Ya la musa se cansó de
repetir lo que debías hacer, ya se dio por vencida y se inclinó ante el
demonio, se cansaron de intentar bailar lo que parecía un Jazz y terminó por
convertirse en un Funk, sus alas se rompieron, las rasgaron y se abrieron.
Tanta mierda en el ambiente
que ni puedes respirar, las palabras te laceran, te rasguñan y te juzgan, te
convierten lentamente en un puto lazarillo, incapaz y dependiente. ¿Qué pasó con
tu supuesta libertad? Recuerda que para serlo hay que pagar un precio alto y
ese es la soledad.
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