Antetítulo: El 21 de mayo de 1851 se decretó la abolición de la esclavitud en Colombia.
Subtítulo: Dentro de la población negra o afrocolombiana se pueden diferenciar cuatro grupos importantes: los que están en el corredor del pacífico colombiano, los raizales del Archipiélago de San Andrés Providencia y Santa Catalina, la comunidad de San Basilio de Palenque y la población que reside en las cabeceras municipales o grandes ciudades.
Colombia es un país que
consta de cinco regiones, donde sus culturas son distintas al igual que sus
tradiciones y comidas. Su población es diversa como el color de la piel, por
eso con el fin de eliminar la discriminación, la exclusión social y dar a conocer
el multiculturalismo, el Congreso promulgó la Ley 725
de 2001 y declaró el 21 de mayo como el día de la afrocolombianidad.
En todos los departamentos,
según cifras de la Registraduría Nacional del Estado Civil, en los últimos tres
años se registraron un total de 105.758 afrocolombianos. Además, el
Departamento Nacional de Planeación (DPN) declara que en los departamentos de
Valle, Antioquia, Bolívar, Chocó, Nariño y Cauca, se concentra el 70% de la
población afro y el 30% en ciudades intermedias.
Con el objetivo de tener más
claridad en el término para dirigirse a esta población, el Departamento
Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE) publicó un libro llamado
“Colombia una nación multicultural, su diversidad étnica” en donde se explica que
“el término afrocolombiano y afrodescendiente son equivalentes y denotan doble
pertenencia tanto a las raíces negro-africanas (“afro”) como a la pertenencia a
la nación colombiana”.
Un
poco de la historia afro
A propósito de la
celebración de la afrocolombianidad en el mes de mayo, se tiene registro que Colombia
inició el camino hacia la aceptación y la abolición de la esclavitud en el
Siglo XVIII como lo mencionan Marco Palacios y Frank Safford en su libro
“Colombia: país fragmentado, sociedad dividida: su historia”. En este, citan aseguran que
en el Estado de Antioquia el Congreso promulgó la libertad de partos, donde se
estipulaba que en una casa específica donde la mujer esclava entraba en trabajo
de parto y tuviera el niño, este sería libre aunque bajo el control del amo de
la madre hasta los 18 años. “La ley de libertad de partos fue propuesta y
defendida por José Félix Restrepo”, escriben Palacios y Safford.
Sin embargo, anterior a la
libertad dada por los amos, las fugas de los esclavos dieron inicio a
conflictos con ellos. Las reflexiones sobre sus condiciones de vida y las
ansias de liberación hicieron que se organizaran los grupos denominados
palenques, con la intención de generar un espacio propio alejado de sus amos y
de las personas blancas.
En el Centro Virtual Isaac,
un portal cultural del Pacífico colombiano se definen
a los palenques como “aquellos asentamientos que fundaron negros cimarrones, en
busca de dos garantías básicas: supervivencia y emancipación. Aquellas
comunidades fueron erigidas en terrenos selváticos de difícil acceso, los
cuales empalizaban y rodeaban con fosos y trampas para dificultar el acceso de la
autoridad, que castigaba severamente tal contravención”.
Luchas
culturales
Así como su huida a los
palenques, otra reivindicación de esta población a lo largo de los años ha sido
la creación artística en distintos campos como la música, la artesanía y la literatura.
Por ejemplo, el poeta y escritor afrocolombiano José Artel, uno de los máximos
representantes de la poesía negra en Colombia, con el objetivo de brindarle un
tributo a su pueblo escribió entre los años 40 y 50 el poema “Negro soy” que
dice:
Negro
soy desde hace muchos siglos
poeta
de mi raza, heredé su dolor.
Y la
emoción que digo ha de ser pura
en el
bronco son del grito
y en el
monorrítmico tambor.
El
hondo, estremecido acento
en que
trisca la voz de los ancestros,
es mi
voz.
La
angustia humana que exalto
no es
decorativa joya para turistas.
¡¡Yo no
canto un dolor de exportación!!
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